miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nadie está solo.

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. 

Ignoro dónde vive, 
qué lengua habla, 
de qué color tiene la piel, 
cómo se llama,
pero en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos.

¿Oyes? 
Un hombre solo grita maniatado, 
existe en algún sitio. 
¿He dicho solo? 
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?

Nadie está solo. 
Ahora, 
en este mismo instante,
también a ti y a mi,
nos tienen maniatados.

*Desgraciadamente, todavía hoy este poema de José Agustín Goytisolo sigue teniendo plena vigencia.

William.



viernes, 19 de noviembre de 2010

APRENDIZAJE.


Con el paso del tiempo vamos aprendiendo poquito a poquito como funciona el mundo en su día a día. Aprendemos de pequeñitos a gatear, luego damos los primeros pasos y poco a poco aprendemos a correr. Emitimos nuestros primeros sonidos, poco después ya chapurreamos algunas palabras y con el tiempo recitamos las primeras frases. Vamos aprendiendo a sumar, a restar, multiplicar, dividir o incluso hacer raíces cuadradas. Aprendemos a leer y escribir. Aprendemos verbos, adjetivos, nombres, sujetos y predicados. Aprendemos y memorizamos capitales, países, mil nombres de grandes personajes históricos y textos interminables. Aprendemos ha ducharnos solos, a afeitarnos, a vestirnos. Aprendemos a tocar instrumentos, a liar cigarrillos, a cambiar la rueda de una bici, de una moto o de un coche. Aprendemos a mezclar nuestros primeros Kalimotxos. Aprendemos canciones en castellano, inglés, Francés incluso en Alemán. Aprendemos a atarnos los zapatos, a conducir, a pilotar una moto o a navegar. Aprendemos a pescar, a chatear, a usar teléfonos móviles cada vez más modernos o a sintonizar una televisión. Aprendemos a jugar a fútbol, baloncesto incluso a subirnos a una tabla y mantener el equilibrio sobre una ola. Aprendemos a cocinar.

Pero a pesar de todo lo aprendido, seguimos sin aprender lo más importante: Nos falta ESCUCHAR a los demás, APRECIAR a los amigos, VALORAR el esfuerzo, RESPETAR las normas y a las personas, TOLERAR aquello que no nos gusta, ADMITIR un error, ser FIELES a una idea o una pareja, ENSEÑAR al que no sabe, NO REÍRNOS de los demás por sus defectos físicos, que NO SE TRAICIONA a un amigo, AMAR a una mujer sin herirla ni un solo día de su vida. Seguimos sin aprender de los ERRORES pasados, que no se ROBA, que no se MALTRATA a una mujer y tampoco a un animal, pues no son de nuestra propiedad, que hay que CEDER nuestro brazo. Seguimos sin saber decir un TE QUIERO por miedo a que nos rechacen. 

Seguimos sin aprender lo más importante: Que debemos de vivir la vida al máximos pero respetando a las demás personas. Mientras no APRENDAMOS estas cosas fundamentales, las otras no tienen sentido ni mérito. 

William.


viernes, 5 de noviembre de 2010

DISCURSO FINAL DEL GRAN DICTADOR.


Lo siento, pero yo no quiero ser emperador, ese no es mi oficio, no quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todos si fuera posible: judíos y gentiles, blancos o negros. Tenemos que ayudarnos unos a otros. Los seres humanos somos así, queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie, en este mundo hay sitio para todos. La buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres, el camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas.

Hemos progresado muy deprisa pero nos hemos encarcelado a nosotros. El mecanismo que crea abundancia nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha echo cínicos, nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad, más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo.

Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercano. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la bondad universal que nos une a todos nosotros.

Ahora mismo mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, a millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme les digo ¡No desesperéis! La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano.

El odio de los hombres pasará y caerán los dictadores, y el poder que le quitaron al pueblo se le reintegrará al pueblo, y así mientras el hombre exista, la Libertad no perecerá.

¡SOLDADOS!

No os rindáis a esos hombres, que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen lo que tenéis que hacer, que pensar y que sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como a carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos. Hombres máquinas, con cerebros y corazones de máquinas.

Vosotros no sois máquinas, no sois ganados, ¡SOIS HOMBRES! Lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones, no en odio. Sólo los que no aman odian, los que no aman y los inhumanos.

¡SOLDADOS!

No luchéis por la esclavitud, sino por la Libertad. En el capítulo XVII de San Lucas se lee: "El reino de Dios esta dentro del hombre..." No de un hombre o de un grupo de hombres, sino en todos los hombres, en vosotros. Vosotros el pueblo tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, vosotros el pueblo tenéis el poder de hacer esta vida libre y hermosa, de convertirla en una maravillosa aventura.

En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos, luchemos por un mundo nuevo, digno y noble, que garantice a los hombres trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez, seguridad.

Con la promesa de esas cosas las fieras alcanzaron el poder, pero mintieron, no han cumplido sus promesas, ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo.

Luchemos ahora para hacer nosotros realidad lo prometido. Todos a luchar para libertad al mundo, para derribar barreras nacionales, para liberar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón, un mundo donde la ciencia, donde el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.

¡SOLDADOS!

En nombre de la democracia, debemos unirnos todos.

*Discurso final de Charli Chaplin en "El Gran Dictador".

William.


jueves, 4 de noviembre de 2010

MALDITOS AQUELLOS.


No quiero palabras vacías de significado
ni falsas promesas que nunca se cumplen;
malditos sean los años pasados
que mueran las bocas que veneno escupen.

No quiero que compren un puñado de monedas
un silencio complice con la barbárie;
malditos sean los hombres de la guerra
que mueran de pena todos los culpables.

No quiero que se escuchen los gritos de auxilio
de millones de niños que se mueren de hambre;
malditos sean todos los políticos
que mueran de empacho en sus bacanales.

No quiero ver más la sucia sonrisa
de aquellos que a sus mujeres maltraten;
malditos aquellos cerebros vacíos
que cubran sus cuerpos con su propia sangre.

No quiero que un niño llore cada noche
por la demencia del hombre cobarde;
malditos aquellos que abusan de ellos
que sufran el dolor dentro de sus carnes.

No quiero que el mundo cierre sus ojos
ante tanta injusticia que hoy nos invade;
Benditos sean quienes dan su vida por otros
que vivan eternos en palacios de cristales.


William.