martes, 26 de marzo de 2013

Como dos gotas.

Como un gato malherido que no sabe donde está,
como un perro maltratado en busca de libertad,
como un cuento que no acaba porque no quiere acabar,
como el humo del tabaco que siempre tiras al bar.

Como el agua entre las manos, como el niño al despertar,
un relámpago que avisa, la tormenta va a empezar,
como un nudo en la garganta que no se sabe explicar,
como el hilo de una araña que teme a la libertad.

Como el pájaro que canta en la mañana al despertar,
como el cielo que no escampa, como es la ola al mar,
como el río que sin agua se convierte en barrizal,
como el soldado valiente que se niega a disparar.

Como el ciervo que no sabe por donde debe escapar,

como el lazo que me ayuda cada día a recordar,
que la vida es solo un sueño y los sueños sueños son,
como el gallo que no canta cuando ve salir el sol.

Como un reflejo del agua, como el beso al despertar,
como el calor es al fuego, como el niño a la verdad,
como el viento a los molinos, como el ruido a la ciudad
como el látigo al esclavo, como el vino al paladar.

Como dos gotas de agua al juntarse en el cristal
como el hombre que no habla por miedo a molestar
como el eslabón que engancha y no te deja escapar
cuantas cosas nos pasaron y nos quedan por pasar.

William



                                                         



miércoles, 6 de marzo de 2013

Ministros de Dios.

A estas alturas de la vida, uno ya no se sorprende de casi nada. Cada vez que escucho o leo las declaraciones de los dueños de la secta de la iglesia católica, o leo o escucho las declaraciones de su brazo político hablar de lo que es normal o de lo que no es normal, me entra una mala leche por el cuerpo que eso si que no "es normal".

Señor Ministro, señores de la iglesia católica, señores del Opus Dei, ¿Saben lo que no es normal? ¿Ustedes quieren que yo les diga lo que no es normal? No es normal pensar que hacer el amor es pecado, eso no es normal. No es normal pensar que Dios no quiere a las lesbianas y a los homosexuales, no es normal. No es normal que la Iglesia oculte abusos de niños, ni que los sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del Vaticano, ni los anillos, ni el oro, ni el dinero tirado en campañas de publicidad mientras 30 millones de personas se contagian de sida en África por no usar preservativos.

Señores, Dios, Dios nos hizo con dos brazos, con dos piernas y también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de tocarnos, de sentir con la yema de los dedos y eso señores, no puede ser pecado.

Amar no es fácil, y ustedes se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado, como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Señores, porque amar, amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, que vas a llorar, y es entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio. O sea, hoy, hoy te casas ¿y vives feliz para toda la vida? Falso, señores, falso, por muchos siglos que puedan seguir ustedes proclamándolo.

¿Saben qué creo? Creo que ustedes no saben qué es el amor, que nunca han amado y nunca han sido amados. Porque si algo he aprendido estos años es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno, si eso es pecado, señores, soy un pecador, porque el único Dios en el que creo, es el amor, ¿entienden? El amor.


                                                          William.