sábado, 16 de octubre de 2010

Aquí sigo...avergonzado


El tiempo pasa y sigo aquí, en la isla de siempre, sólo como vine... sin nada. Tan sólo me acompaña mi desafinada guitarra, un boli casi gastado y mi viejo sombrero.

El olor de la Mar, el rugir de las olas rompiendo junto a las rocas y la calma que reina ahora a mi alrededor, hacen que por fin olvide el ajetreo diario.

Necesitaba huir de la rutina, de las carreras, los gritos, las malas caras y contestaciones, de las envidias, de los rencores, de los desengaños, de tantos intereses ocultos... y otros no tanto... Necesitaba huir de todo esto, al fin y al cabo... de la vida. De su vida. La que intentan que tengamos todos. Con tanta ida y vuelta olvidamos lo esencial: Cariño, amor, comprensión, respeto, dignidad, orgullo, honradez, fidelidad... lealtad.

No hay día que no sienta tristeza y un poquito de vergüenza al ver como está el mundo. Su mundo. Nuestro mundo. Imponen el odio y la ley del más fuerte. Se olvidan de la palabra y de la lucha de ideas, respetando siempre a las personas. Y,¿el resto? no somos más que mera comparsa. Pero nadie alza la voz y nadie hace nada para remediarlo. Yo tampoco.

Aquí sigo, en la isla de siempre... mirando al mundo un poquito avergonzadoando.












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