sábado, 14 de mayo de 2011

Discurso del veterano Mike Prysner sobre Irak.

... Sólo pude sentir vergüenza... El racismo ya no podía enmascarar la realidad de la ocupación por más tiempo. Eran personas, eran seres humanos.

Desde entonces me plaga la culpabilidad. Puede que vea a un hombre mayor como el que no podía caminar y lo rodamos a una camilla para que la policía iraquí se lo llevara. Siento culpabilidad cada vez que veo a una madre con sus hijos, como la que sollozaba histéricamente gritándonos que éramos peores que Saddham. Siento culpabilidad cada vez que veo a una niña joven, como la que agarré del brazo y arrastré hacia la calle.

Se nos dijo que luchábamos contra terroristas, pero el verdadero terrorista era yo, el verdadero terrorismo era esta ocupación.
                             

El racismo dentro de lo militar ha sido durante largo tiempo una herramienta para justificar la destrucción y ocupación de otro país. Durante mucho tiempo se lo ha usado para justificar las matanzas, subyugaciones y torturas de otras gentes. El racismo es un arma vital para este gobierno. Es un arma más importante que un rifle, un tanque, un bombardero, o un tanque acorazado. Es más destructivo que un proyectil de artillería, que un rompe bunker o un misil tomahawk. Mientras que esas armas son creadas y de la propiedad de este gobierno son inofensivas, siempre que haya personas que se nieguen a usarlas. Aquellos que nos envían a la guerra no tienen que apretar el gatillo o tirar bombas de morteros, no tienen que luchar en la guerra, sólo tienen que vender la guerra. Necesitan de un público dispuesto a enviar y a poner a sus soldados en peligro, necesitan de soldados dispuestos a matar y a ser matados sin cuestionarios.

Pueden despilfarrar millones en una sola bomba, pero esa bomba sólo se convierte en arma cuando los rangos militares están dispuestos a seguir órdenes para usarla. Pueden enviar soldados a cualquier parte del mundo, pero sólo habrá una guerra si los soldados están dispuestos a luchar. Y la clase dominante, los billonarios que obtienen beneficios del sufrimiento humano sólo se preocupan en expandir su riqueza, en controlar la economía mundial.



Comprenda que su habilidad consiste en convencernos de que la guerra, la opresión y la explotación es por nuestros intereses. Ellos entienden que su riqueza depende de su habilidad en convencer a la clase obrera a que mueran para controlar el mercado de otro país. Y el convencernos de que muramos o matemos se basa en su habilidad en hacernos pensar que, de alguna forma, somos superiores.

Soldados, marineros, marines, aviadores: ¡no tienen nada que ganar con esta ocupación! De hecho, no sólo no ganamos sino que sufrimos debido a ella. Perdemos miembros y damos nuestras vidas en forma traumática. Nuestras familias deben contemplar los féretros abanderados bajando a la tierra. Millones de personas en este país sin asistencia médica, sin trabajo, sin acceso a la educación, debemos mirar cómo este gobierno derrocha 450 millones de dólares diarios con esta ocupación.

Gente trabajadora y pobre de este país es enviada para matar a gente trabajadora y pobre de otro país. Para hacer a los ricos más ricos aun. Sin el racismo, los soldados se darían cuenta de que tienen más en común con el pueblo iraquí de lo que tienen en común con los billonarios que nos envían a la guerra.

Tiré familias enteras a la calle en Irak, para volver a casa y encontrarme con familias siendo tiradas a la calle en mi país, con esta trágica e innecesaria crisis inmobiliaria.

Debemos despertarnos y darnos cuenta de que nuestros verdaderos enemigos no se encuentran en un país lejano. El enemigo son personas que conocemos bien, que podemos identificar. El enemigo es un sistema que declara la guerra cuando es rentable. No son personas cuyo nombre desconocemos ni culturas que no comprendemos.



El enemigo son los jefes ejecutivos que nos despiden de nuestros puestos, cuando es rentable. Son las compañías aseguradoras que nos niegan asistencia médica, cuando es rentable. Son los bancos que nos expropian nuestros hogares, cuando es rentable.

Nuestro enemigo no está a 5000 millas de distancia, está justo aquí, en casa.

Si nos organizamos y luchamos, con nuestros hermanos y hermanas, podemos detener a este gobierno, podemos detener esta guerra y crear un Mundo Mejor.


Por Mike Prysner / Veterano estadounidense a su regreso de Iraq.

William.        
                                

                                                          

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