Volví a repetir los mismos errores
tropecé con las mismas zancadillas
aguardé que mi hada me protegiera
de tus engaños y tus mentiras.
Pedí al cielo imposibles
bebí del agua bendita
vomité mi alma en cada verso
escribí en un papel mi agonía.
Y a ti y a mí nos duele
sabedores de lo que es la vida
como han pasado los años
con sus noches, con sus días.
Entre luces y sombras se refugian nuestros miedos
bebiendo del vaso que todo lo cura,
nuestro abrazo, antes sincero,
ahora no lo es tanto, y no es por mi culpa.
Te mando una postal como recuerdo
ya no me entrego a ti y tus manías.
Algunos ya me daban por muerto
tropecé con las mismas zancadillas
aguardé que mi hada me protegiera
de tus engaños y tus mentiras.
Pedí al cielo imposibles
bebí del agua bendita
vomité mi alma en cada verso
escribí en un papel mi agonía.
Y a ti y a mí nos duele
sabedores de lo que es la vida
como han pasado los años
con sus noches, con sus días.
Entre luces y sombras se refugian nuestros miedos
bebiendo del vaso que todo lo cura,
nuestro abrazo, antes sincero,
ahora no lo es tanto, y no es por mi culpa.
Te mando una postal como recuerdo
ya no me entrego a ti y tus manías.
Algunos ya me daban por muerto
algunos que en mi, ya no confían.
William.
Preciosa, William...
ResponderEliminarMe alegra ver que también hay hombres con la sensibilidad a flor de piel.
Felicidades!
MAR